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domingo, 17 de octubre de 2021

TORRES DE OESTE (CATOIRA)

Las Torres de Oeste son un conjunto de defensas que ordenó construir el obispo Cresconio tras repeler un ataque vikingo, en la localidad de Catoira, en Galicia, para proteger Santiago de Compostela de una incursión desde el Atlántico.​ En 1719 también protegieron el puerto de Padrón contra un ataque de los ingleses.​


Fueron declaradas Monumento histórico-artístico perteneciente al Tesoro Artístico Nacional mediante decreto de 3 de junio de 1931.​ En la década de 1970 se llevó a cabo una restauración.​
Catoira fue desde la antigüedad un lugar estratégico, la entrada por el mar hasta Compostela, por lo que ya desde la Edad Media se estableció un importante complejo militar para la defensa del sepulcro del apóstol de los ataques principalmente normandos y sarracenos, por lo que se construyeron diversas torres de defensa en el fondo de la ría, donde desemboca el río Ulla, las llamadas Torres de Oeste.


Fue el rey de Asturias, Alfonso III, el que mandó erguir en el siglo IX, además de la Catedral de Santiago, la reconstrucción del ‘’Castellum Honesti’’ en Catoira. El castillo se convirtió en uno de los más importantes de Europa, y del que se conservan solo, parte de dos de las grandes torres. El edificio siguió creciendo con los trabajos del rey de León, Afonso V, que venció los normandos de Olaf Haraldson. Después de que en el siglo XII la monarquía donara el Castillo a la mitra compostelana, los obispos Cresconio y Diego Peláez continuaron en la fortificación de la ciudadela para la defensa de Santiago. Además, por lo visto en el castillo, nació Diego Xelmírez, primer arzobispo de Santiago, ya que su padre, el caballero Xelmirio, había sido alcaide de la fortaleza en el siglo XI


Las torres impidieron durante siglos el ascenso por el Ulla de los ejércitos normandos y sarracenos; el diseño final del siglo XIII era un recinto elíptico con siete torres (quedan actualmente en pie, solo dos del siglo XI; las ruinas de otras dos son del siglo XII, siendo de época romana los restos de otras que se orientan hacia el interior). En medio existía una gran torre central. En la alta Edad Media llegan a Jakobsland (nombre que ellos le daban a Galicia) los primeros grupos de piratas normandos atraídos por las noticias sobre las riquezas capitalinas compostelana. Los vikingos saquean y queman villas en toda la costa, y entran por la Ría de Arosa consiguiendo en 850Iria Flavia, provocando la huida del obispo y del cabildo hacia Compostela. En 859 y 968 se hizo, sin embargo, una buena defensa gallega desde el ‘’Castellum Honesti’’ (Torres de Oeste), consiguiendo detener el ataque escandinavo e impidiendo que estos consiguieran Compostela.
Después de que el Reino de Galicia perdiera su poder legislativo, pasando a depender de la Corona de Castilla y, especialmente, a partir del reinado de los Reyes Católicos, Catoira entra en un período de progresiva decadencia. Las torres servirán de cantera para las villas de la zona.


La presencia de los vikingos​ en Galicia se produjo en el período comprendido entre los siglos IX y XII, en un contexto en el que los pueblos que habitaban Escandinavia se habían convertido en una potencia naval, comercial y militar, lanzando periódicas expediciones comerciales de saqueo y conquista principalmente contra la costa del océano Atlántico, pero también ascendiendo por el curso de los ríos hasta los lugares que pretendían saquear. Llegaron hasta puntos tan alejados como el Mediterráneo, y entre los lugares que visitaron se encontraba Galicia, que ellos denominaban Jakobsland (Tierra de Santiago).
En el año 968 el segundo duque de Normandía, ante el peligro de invasión francesa de su dominio, pidió ayuda a sus parientes daneses y noruegos que acudieron con una gran flota vikinga. Una vez derrotado el rey de Francia los vikingos permanecieron en Normandía, lo que provocó grandes problemas, por lo que el duque los animó a partir a la conquista de Galicia, «esa tierra tan rica de la que tanto hablan los peregrinos».


Llegaron a Galicia unas doscientas naves al mando de Gudrød (Guðrǫðr), hermano de Harald Gråfeldr,​ conocido como Gunderedo en las crónicas gallegas. Cien de esas naves se detuvieron en la costa cantábrica de Galicia y atacaron la diócesis de Bretoña, mientras que otras cien se internaron en la ría de Arosa y desembarcaron en el puerto de Iuncariae (Xunqueira),​ para dirigirse por tierra hasta Santiago de Compostela. La llegada de los vikingos coincidió con el fin de las disputas entre los obispos Rosendo y Sisnando II por el control de la diócesis episcopal. El obispo Sisnando, que acababa de expulsar a Rosendo de la ciudad, intentó detenerlos en las proximidades de Iria Flavia, donde habían llegado remontando el curso del río Ulla, pero no lo consiguió y murió atravesado por una flecha durante la batalla de Fornelos el 29 de marzo. Ya sin resistencia, los vikingos se dispersaron por Galicia, llegando hasta el Courel. En Lugo el obispo Hermenegildo consiguió defender la ciudad, pero no pudo impedir que los vikingos arrasaran las tierras de Bretoña, cuya antigua sede quedó destruida, siendo reconstruida posteriormente en el actual Mondoñedo.


Los vikingos permanecieron durante cerca de tres años en tierras gallegas, matando y saqueando, pero cuando regresaban a sus naves cargados con botín y prisioneros fueron interceptados por un ejército al mando del conde Gonzalo Sánchez, que consiguió vencerlos en los alrededores de la ría de Ferrol hacia el año 970, dando muerte a Gunderedo, su sækonungr​ y quemando la mayoría de sus naves.


Tras dejar Galicia, los vikingos continuaron navegando hacia el sur y saquearon la costa entre el río Duero y Santarém.

TEXTO DE WIKIPEDIA

COMO LLEGAR


viernes, 8 de octubre de 2021

PIMIENTO DE PADRÓN

El denominado pimiento de Padrón es una variedad de pimiento (Capsicum annuum) originaria del cultivo agrícola del convento de San Francisco de Herbón (parroquia de Padrón) en la provincia de La Coruña, en Galicia, donde habrían adaptado su cultivo frailes franciscanos regresados de América en el siglo XVI. Se trata de pimientos de pequeñas dimensiones, entre unos 5 y no más de 10 cm, de color verde oliva a verde amarillento y que tienen como particularidad gastronómica, además de su generalizado intenso sabor, el que algunos ejemplares resultan particularmente picantes (aproximadamente entre un 10% -o incluso modernamente menos, como se explica abajo- y un 25%)



Se trata de un vegetal de cultivo que se puede encontrar en una gran extensión de las cuencas del río Ulla y su afluente el Sar; y es especialmente cultivado en los invernaderos de Herbón, localidad administrativamente perteneciente a Padrón en calidad de parroquia civil. Actualmente existen variedades cultivadas en el sur levantino de España y en Marruecos. La temporada de recolección puede comenzar ya a mediados del mes de mayo, prolongándose hasta alcanzar el verano, soliéndose recolectar cuando su tamaño aún es reducido. Tradicionalmente estaban disponibles en los mercados desde el propio mes de mayo y hasta finales de octubre o primeros de noviembre (solía darse la fecha de la primera matanza del cerdo, 11 de noviembre, día de San Martín, como límite). En la actualidad, merced a las condiciones de cultivo controladas en invernadero, pueden encontrarse en los mercados españoles a lo largo de todo el año y suelen comercializarse envasados en bolsas plásticas en las que es de obligado cumplimiento legal la indicación de su origen geográfico.



Como queda dicho, es un pimiento de pequeño tamaño y forma algo alargada, cónica o fusiforme y ligeramente surcada longitudinalmente por estrías bulbosas, que le confieren un aspecto arrugado tras su fritura. Como algunos ejemplares poseen la cualidad de resultar picantes, algunos de manera acusada, existe todo un debate acerca de las características que harían reconocibles tales especímenes, controversia que comienza desde el momento en que unos entendidos aseguran poder saber cuáles pican mientras que otros afirman no haber manera de averiguarlo de antemano. El idioma gallego ha sabido acomodarse a esta realidad variable y zanjar la cuestión con la sentencia popular «Os pementos de Padrón, uns pican e outros non»​ («Los pimientos de Padrón, unos pican y otros no»).


Se trata de una variedad del chile, al igual que los jalapeños o los serranos, y, como todo pimiento, domesticada en Mesoamérica. Al parecer, fue importada a Galicia por misioneros del convento franciscano de Herbón durante el siglo XVI o ya tal vez iniciado el XVII, posiblemente desde México o la zona suroeste de EE. UU. Es probable que las variedades originarias llevadas de América fueran poco a poco adaptándose mediante selección artificial al clima de Galicia, haciéndose más pequeños y adquiriendo así su sabor particular.
Debido a que frente a los ejemplares que no pican otros producen un picor que puede ser intenso hay toda serie de creaciones populares sobre este tema, sobre todo en Galicia, donde es muy popular y reiterado el aludido refrán gallego «Coma os pementos de Padrón: uns pican e outros non» («Como los pimientos de Padrón: unos pican y otros no») en comentario alusivo a la variabilidad de cualquier tipo que se pueda observar ante determinada circunstancia.


Lo cierto es que la proporción de ejemplares picantes parece aumentar considerablemente en las zonas de cultivo (hoy en día la práctica totalidad se realiza en invernadero) que han recibido mayor insolación, con lo cual en origen se puede controlar en parte esta característica en las remesas recolectadas. Es bastante común señalar que los ejemplares picantes son los que han sido menos regados; sin embargo, se puede observar que, a igual cantidad de riego, éstos se dan más en las zonas soleadas, lo que lleva a relacionar más esta cualidad con la insolación y evaporación consiguiente.
Entre los métodos popularizados para diferenciar visualmente los ejemplares picantes se cuenta que aquellos de mayor tamaño y color mate antes de su fritura, sobre todo si presentan una forma acusadamente puntiaguda y en forma de huso, tienen más probabilidades de ser agresivos al paladar. También se dice que a los picantes se les adhieren en menor medida los granos de sal gorda con que se suelen sazonar. Otra fórmula es reparar en la proporción del peciolo con respecto al ejemplar entero, siendo los picantes los que presentarían mayor proporción de peciolo (popularmente llamado «rabecho» en gallego, traducible por «rabito» o «rabuelo»). Cualquier ejemplar de tamaño excesivamente grande (el doble o más de lo que se considera un pimiento de Padrón grande) o que presente coloración total o parcialmente rojiza quizás debido a exceso de madurez, quizás debido a hibridación) presentan un nivel de picor remarcadamente alto (influyendo más la coloración que el tamaño).


Las recolectoras tradicionales -suelen ser mujeres- de las zonas de Padrón más dedicadas a su cultivo (la más reputada es la parroquia de Herbón) y sus degustadores más aficionados suelen acordar que una adecuada proporción de ejemplares picantes a la hora de servirlos está en torno a una quinta parte del total. De este modo, en la recolección artesanal se recogen en recipientes diferentes aquellos que han recibido mayor insolación durante su cultivo de los que han permanecido más en la sombra. A la hora de prepararlos para el consumidor, se le servirá una "mano" (los que caben agarrados en un puño, que se dice que habitualmente son cuatro) de los picantes por cada cuatro "manos" de no picantes, ya que como reza la sentencia tradicional gallega, «Unha saca son cen pementos, que son vintecinco 'máns' de catro» («Una bolsa son cien pimientos, que son veinticinco 'manos' de cuatro»).


Texto by Wikipedia

miércoles, 6 de mayo de 2020

MARIA PITA, LA MUJER QUE SALVÓ A CORUÑA DE LOS INGLESES

A finales del siglo XVI la flota de la reina Isabel quería tomar el control de las vías fluviales desde Inglaterra hasta Portugal. El grupo de galeones encabezados por Sir Francis Drake era el terror de los puertos del oeste de España. El 4 de mayo de 1589, las fuerzas inglesas parecían tomar el control de la ciudad de La Coruña, y los ciudadanos necesitaban esperanza. No la encontraron en los soldados, pero sí en una mujer cuyas valientes acciones salvaron la ciudad.



La Heroica

A principios de mayo de 1589 los británicos atacaron una de las ciudades más antiguas de España – La Coruña-. En medio de la batalla, Pita salió de su casa para proteger la ciudad en compañía de su marido. Lamentablemente, su marido fue alcanzado por una ballesta y murió inmediatamente.

En ese momento ella podría haber tomado la decisión de regresar a casa, pero las fuentes dicen que Pita, impulsada por el dolor, se unió a los hombres que luchaban contra los invasores. Consiguió abatir a un soldado Inglés que trataba de llegar a la parte más alta de la ciudad. Entonces, María se puso de pie en la parte superior de las murallas y gritó: “QUIÉN TENGA HONRA, QUE ME SIGA”
Gracias a su inspirada y valiente acción, las personas que estaban luchando para salvar La Coruña encontraron nuevas fuerzas para defender la ciudad con mayor ímpetu de lo esperado. La gesta de María Pita fue recompensada por el rey Felipe II, quien la concedió una pensión a la altura de un oficial del ejército. Por sus acciones se le reconoció como una de las mujeres más honorables de España.
Una Heroína Olvidada

Durante los 200 años posteriores a su muerte, nadie escribió su biografía, María Pita parecía haber sido olvidada por su país e incluso por su ciudad. Por desgracia, durante estos años gran parte de la información acerca de esta mujer increíblemente valiente “parece” que se perdió.
El primer libro sobre su vida y valentía apareció a finales del siglo XIX. El texto explica que María Pita nació en Cambre, un pueblo cerca de La Coruña, en 1565. Su verdadero nombre era Fernández de Cámara y Pita, pero por razones desconocidas se la conoció como María. Hay algunas teorías relacionadas con su nombre; pero la explicación más probable es que ella es recordada por el nombre de su hermana.


María se casó cuatro veces y tuvo cuatro hijos. El marido cuya muerte le inspiró a defender su ciudad fue el segundo. El número de matrimonios y la falta de recursos históricos de ella también ha causado muchos problemas para los investigadores modernos que han intentado completar su biografía.
¿Dónde está la tumba de María Pita?

María Pita murió en 1643 en el mismo pequeño pueblo donde nació. Después de muchos años de vivir en la gloria en La Coruña, se hizo mayor y decidió volver a la casa de su familia natal. Falleció en Cambre y fue enterrada junto a uno de sus maridos, pero el tiempo transcurrido ha hecho olvidar donde se encuentra su tumba.
Se barajan varias ubicaciones posibles como: la iglesia de Santa María en Cambreiglesia de Santo Domingo en La Coruña, e incluso investigaciones más recientes sitúan sus restos en la iglesia situada en Oza (otro pequeño pueblo situado en la misma zona)

Hoy en día, en la parte central de la ciudad hay una plaza llamada Plaza María Pita. En este lugar los gallegos honran a la mujer que cambió la historia de su región con un monumento que representa a Pita durante el ataque enemigo. A sus pies hay una placa con la palabra “Libertad” – quizás la palabra que más importante y que mejor puede definir la vida de esta gran heroína…

jueves, 29 de diciembre de 2016

A traxedia do Ariete - La tragedia del Ariete

Naufraxio nas costas Galegas o 25 de Febreiro do ano 1966 do destructor Ariete.

Fue entregado a la Armada el 7 de febrero de 1961 en Ferrol.1 Fue asignado junto con los demás buques de la misma clase a la 31 escuadrilla de Escolta con base en Ferrol.
El 25 de febrero de 1966, mientras navegaba de Ferrol a Cartagena, se vio sorprendido por olas de 12 metros. 


 Han pasado más de 41 años desde que el destructor D-36 Ariete, de la clase Audaz, que navegaba de Ferrol a Cartagena, fue sorprendido por olas de 12 metros. Llegó hasta las islas Cíes, frente a Vigo, pero el viento roló súbitamente y lo empujó de nuevo a Carnota, 60 kilómetros al norte. El tripulante de un petrolero murió al intentar remolcarlo. También fracasó la fragata F-42 Legazpi, uno de cuyos marineros perdió un brazo. El Ariete se fue hacia tierra y encalló a 200 metros de la costa. Era la última hora de la tarde.

Esa tierra era la punta rocosa de la playa de Ardeleiro, en el extremo de la llamada Costa da Morte, donde para conmemorar el 40 aniversario del embarrancamiento, se reunieron 48 hombres ya jubilados, con visera de la Armada y un espíritu de pandilla juvenil que les hizo gritar mientras se sacaban la foto: “¡Viva el Ariete, que vale por siete!”. Los 48 formaban parte de los 166 tripulantes de la fragata Ariete, de la Armada, que en medio de un furibundo temporal encalló junto a la playa de Ardeleiro, el 25 de febrero de 1966. La población de Lira se echó al mar y logró rescatar con vida a todos, una gesta que le valió a Carnota la consideración oficial de pueblo humanitario.



Decenas de hombres y mujeres acudieron a la playa, y entre el fuerte oleaje que embestía las peñas, ayudaron a enganchar el cabo tras horas de desesperación. Al caer la noche, dos tractores iluminaron la costa. Como el Ariete había perdido los botes salvavidas, la tripulación se las ingenió con unos grandes canastos que había a bordo para deslizar a la gente a tierra. “Las mujeres se ataban sacos a la cintura para aguantar la presión. Había tal compañerismo que nadie quería ir primero”, relata Mendoza. “Al llegar a la playa, volaban las botellas de coñac que habían traído los vecinos”.



Supervivientes del naufragio del destructor D-36 Ariete 




Homenaje en Lira - Carnota (A Coruña)

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